Ses Salines, al sur de Mallorca

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Mallorca es un lugar de agradables sorpresas. Cada vez que viajo a la isla descubro nuevos paisajes. Encuentras pueblos y playas en los que nunca habías estado y que ofrecen una visión siempre distinta de la isla. Hace algunos años desde Sóller subí hasta el pueblo de Fornalutx; nunca había estado allí y me quedé una semana descansando en un lugar tranquilo con hermosas vistas sobre el mar y la isla
En esta ocasión, el descubrimiento ha sido al sur, en el municipio de Ses Salinas donde fui a parar gracias a una de mis colaboraciones en el programa Gente Viajera. Realizamos un especial desde el pueblo y a mí, como viene siendo habitual, me tocó hablar de naturaleza y conocer algunos de sus escenarios protegidos, así como sus mejores playas.

Ses Salines es un pueblo tranquilo que todavía respira con el ritmo de antes. Tiene un par de buenos restaurantes, algunas tiendas de moda, una antigua iglesia reconvertida en galería de arte y un hotel, Can Bonico, desde el que emitimos el programa, que es una delicia de lugar. Un hotel de pocas habitaciones, situado en el centro del pueblo, pero con un amplio jardín y piscina, de manera que tienes la impresión de estar en medio del campo. Su comida, sin extrañas pretensiones y basada en la tradición mallorquina, no tiene nada que envidiar a los demás restaurantes de los alrededores.

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Desde aquí es aconsejable recorrer las playas del sur de la isla. Una de las mas conocidas Es Carbó Petit, una playa de arena blanca a la que se accede caminando por la orilla desde la Colonia Sant Jordi.
Frente a la playa se puede ver el parque natural de la isla de Cabrera que también se puede visitar con las embarcaciones que cada mañana parten del puerto de Sant Jordi.
Cerca del Carbó está la playa de Ses Roquetes que viene a ser la prolongación de la anterior. Pero hay muchas más dentro del municipio: Na Barberà, el Racó de S’Alga, Cala Galiota o la Punta d’Es Cotó por mencionar algunas de las más hermosas… todas distribuidas en un espacio absolutamente virgen, en una parte de la isla donde no hay ningún tipo de construcción.
En dirección contraria a la Colonia Sant Jordi, llegamos a Es Trenc, una playa de arena blanca, uno de los últimos arenales de Mallorca sin urbanizar, y que juntamente con Es Salobrar forman un área protegida natural de casi 1500 hectáreas. Sin duda es una de las playas más hermosas del sur de la isla, protegida por una extensión de dunas, con zonas de pinar y, en el interior, por los estanques donde se extrae la sal y de donde el municipio toma su nombre.

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Desde el pueblo una estrecha carretera nos conduce al faro Ses Salines. El camino transcurre entre muros de piedra seca (muros artesanales construidos piedra sobre piedra sin emplear argamasa) que separa fincas y campos de cultivo y arboledas con acebuches, higueras y sabinas.
En el el faro de Ses Salines se puede seguir la línea de la costa y pasar por pequeños acantilados donde crecen juncos, salicornias y tamices, mientras observas el vuelo de cormoranes, gaviotas y pardelas. Llaman mucho la atención las sabinas retorcidas que se arrastran por el suelo con sus ramas doblegadas por el mar y el viento. Una zona muy linda para practicar senderismo, ir en bicicleta de montaña o simplemente caminar durante la puesta de sol.

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Al lado de la población de Ses Salinas hay un antiguo asentamiento talayótico, Els Antigors, al que se puede acceder, en unos 10 minutos en un agradable paseo. 
La pagina del Ayuntamiento de Ses Salinas es www.ajsessalines.net ofrece una completa información sobre playas y actividades.

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